¿Qué es y cuál es su importancia?
La evaluación formativa es una práctica que consiste en tomar la información de la evaluación y usarla para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, incorporando así la evaluación dentro de la planificación y las actividades de aprendizaje (Black & William, 2009).
Las prácticas de evaluación formativa les permiten a profesores enfocarse en cada grupo de estudiantes según sus necesidades, además de reforzar y mejorar las interacciones en clase con ellos (OCDE, 2005). Otro punto importante es que la evaluación formativa vuelve el foco al aprendizaje, haciendo más conscientes a los estudiantes de sus procesos, pasando, poco a poco, a tener mayor control sobre ellos.
Diversas investigaciones muestran que la evaluación formativa permite un mayor involucramiento de los estudiantes en sus procesos de aprendizaje (OCDE, 2005), alcanzando niveles más profundos de conocimiento y habilidad. ¿Por qué, entonces, la evaluación formativa no ha alcanzado los niveles de uso deseables?
En primer lugar, se hace difícil de implementar, ya que no solo requiere del trabajo de profesores, sino de toda la escuela como equipo (OCDE, 2005). En este sentido, tanto la formación teórica como el desafío conjunto hace que su implementación sea más factible.
Una segunda razón es un vacío o desconexión entre la formación y la práctica docente en aula. Las investigaciones y capacitaciones han dado un entorno teórico, y a veces descontextualizado, que no logra expresarse en las prácticas del aula y, menos aún, en las formas de evaluar (Martinez, 2013).
Por otra parte, no es menos importante que vivimos inmersos en contextos educativos que históricamente han estado muy centrados en la calificación y, en esa lógica, la evaluación solo tendría importancia si viene acompañada de una nota, invisibilizando, con ello, el proceso o el aprendizaje que subyace.
Con esta y otras razones, el desafío de realizar un cambio en las formas de evaluación -tarea que los docentes realizan día a día- requiere un gran esfuerzo y no sólo de formación teórica, sino también de un acercamiento práctico que movilice las creencias sobre qué es evaluar, qué evaluar, cómo hacerlo y con qué propósitos (Martínez, 2013; Box, Skoog & Dabbs,2015).
Junto a lo anterior, existen otros factores del entorno escolar (micro) y del entorno nacional (nivel macro) que inciden en su implementación (Carless, 2005). Sin un apoyo o una cultura de evaluación formativa a nivel de escuela, o si el marco normativo nacional no impulsa el desarrollo del aprendizaje y sólo se enfoca en los resultados, es difícil que el docente pueda realizar acciones en pro de la evaluación formativa.
Una oportunidad de avance en el marco normativo, que llevará consigo un trabajo intenso a nivel de escuela es el decreto 67 (Ministerio de Educación de Chile, 2018) que impulsa la evaluación formativa como parte de las actividades escolares y el uso de los resultados para la reflexión y posterior mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Este decreto, que comenzó a operar en los colegios este año, impulsa el desafío de la incorporación de la evaluación formativa en la rutina escolar, además de la diversificación de las evaluaciones sumativas (Ministerio de Educación, 2019). Plantea que ambos tipos de evaluaciones no pueden verse como antagónicas, sino como complementarias. Mientras la evaluación formativa permite ver cómo van los procesos y progresos de aprendizaje, la evaluación sumativa permitirá ver el logro y consolidación de estos procesos de aprendizaje.
¿Cómo integrarla en la práctica pedagógica?
Una forma de integrar las evaluaciones al proceso de aprendizaje es la “planificación invertida” (Wiggins & McTighe, 2005), que va desde el estado deseado (el objetivo de aprendizaje) para luego determinar la evidencia que se necesita para certificar tal logro de aprendizaje (la evaluación sumativa) y, posteriormente, determinar la secuencia de experiencias y oportunidades de aprendizaje. Esto lleva consigo que las evaluaciones formativas permitirán tomar decisiones sobre la modificación de la enseñanza. La evaluación, entendida así, permite “mirar” al estudiante, pero también “mirar” y ajustar la propia práctica pedagógica.
Al hablar de evaluación formativa no puede dejar de mencionarse un eje en la forma en que se puede llevar a cabo y que es la retroalimentación. Esta tiene un rol fundamental, puesto que usar la información disponible desde las actividades o evaluaciones es muy relevante para lograr el objetivo de aprendizaje. En términos simples, la retroalimentación formativa consiste en utilizar la información obtenida y no sólo entregarla al estudiante, sino también construir hipótesis sobre el estado actual de este y cómo disminuir la brecha hacia el aprendizaje esperado (Wiliam & Thompson, 2007). Permite, por ende, al alumno, tener mayor conocimiento del lugar en que se encuentra y le permite al profesor hacer ajustes en la forma en que está enseñando.
¿Qué rol juega la retroalimentación?
Retroalimentar permite dar a los alumnos herramientas para regular su acción al entregar claridad sobre sus procesos de aprendizaje (OCDE, 2005). La retroalimentación puede ser respecto de una prueba formal pero también in situ al ver o practicar contenidos en el aula, haciendo preguntas, guiando -más que dando respuestas-, y haciendo comentarios que fomenten el pensamiento y el progreso.
Cabe señalar que es importante fortalecer la retroalimentación en nuestras aulas, porque está demostrado que es una de las prácticas más asociadas a mayores aprendizajes de los alumnos. Esto se puede ver en SUMMA (2016), en que aparece como una práctica, económica de implementar, asociada a mayores progresos de los alumnos.
En síntesis, la evaluación formativa es una herramienta cuya gran riqueza está en que nos habla de los estudiantes y sus aprendizajes, y también de las prácticas pedagógicas, permitiendo tomar mejores decisiones en ambos ámbitos.
Como vimos, su implementación depende de variados factores, tanto individuales como contextuales. En ese sentido, a nivel país se están dando pasos hacia la incorporación de esta práctica, pero para lograr consolidarla se debe generar un trabajo intenso que incluye la modificación de creencias y la incorporación de la evaluación en la planificación de la enseñanza. Esperamos que los colegios generen espacios de reflexión y colaboración respecto de las prácticas de evaluación, que permitan realizar cambios en búsqueda del mejor desarrollo de sus estudiantes y docentes.
Referencias
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Black, Paul y D. Wiliam (2009). “Developing a theory of formative assessment”, Educational Assessment, Evaluation and Accountability, vol. 21, (1): 5-31
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Box, C., Skoog, G., Dabbs, J.M, 2015. A Case Study of Teacher Personal Practice Assessment Theories and Complexities of Implementing Formative Assessment. American Educational Research Journal Vol. 52, No. 5, pp. 956–983.
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Carless, D. (2005), “Prospects for the Implementation of Assessment for Learning”, Assessment in Education: Principles, Policy & Practice, vol. 12, num. 1, pp. 39-54.
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Laboratorio de Investigación e Innovación de Educación para América Latina y el Caribe (SUMMA). Evaluación Formativa. Recuperado de: https://www.summaedu.org/retroalimentacion-formativa/
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Martínez Rizo, F. (2013b). Dificultades para implementar la evaluación formativa: Revisión de literatura. Perfiles Educativos, 35(139), 128-150. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/peredu/v35n139/v35n139a9.pdf
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Ministerio de Educación de Chile (2018). Decreto 67: APRUEBA NORMAS MÍNIMAS NACIONALES SOBRE EVALUACIÓN, CALIFICACIÓN Y PROMOCIÓN Y DEROGA LOS DECRETOS EXENTOS N° 511 DE 1997, N° 112 DE 1999 Y N° 83 DE 2001, TODOS DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN. Recuperado de: https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1127255
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Ministerio de Educación de Chile (2019). Orientaciones para la implementación del Decreto 67/2018 de Evaluación, Planificación y Promoción escolar.
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Organisation for economic co-operation and development (2005). Benefits and Barriers. En OCDE (Eds.) Formative Assessment IMPROVING LEARNING IN SECONDARY CLASSROOMS pp. 69-79.
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SUMMA (2016) Plataforma de Prácticas Educativas Efectivas. Recuperado de: https://www.summaedu.org/retroalimentacion-formativa/
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Wiggins, G. & McTighe, J. (2005). Understanding by Design (expanded 2nd edition). Alexandria, VA: ASCD.
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Wiliam, D., & Thompson, M. (2007) Integrating assessment with instruction: what will it take to make it work? In C. A. Dwyer (Ed.) The future of assessment: shaping teaching and learning (pp. 53-82). Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.