Conversamos con Mónica Luna, directora de Educación de Peñalolén, sobre cómo la implementación del Sistema de Evaluación del Progreso de Aprendizaje (SEPA) en 12 establecimientos de la comuna ha contribuido a la mejora en la toma de decisiones pedagógicas y de gestión.
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La Dirección de Educación de Peñalolén entiende la evaluación bajo un enfoque formativo y lo ha tenido presente durante años en su gestión. Para su directora, Mónica Luna, el esfuerzo está en lograr que la comunidad entienda las evaluaciones como un insumo que es parte de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Bajo esta premisa, en 2018, la Dirección llevó a cabo dos aplicaciones de las pruebas SEPA en 12 de sus establecimientos y una en 2019.
“SEPA vino a reforzar la idea del ‘círculo virtuoso’ en que, a partir del análisis de los resultados, reflexionas y tomas decisiones para implementar en el aula; buscando que la evaluación sea parte del proceso de enseñanza y aprendizaje. Decir esto es dejar de ver la evaluación como un proceso final e incorporarlo dentro de una lógica de trayectoria, en que asociamos el resultado a una conversación que se abre y no a un proceso que se cierra”, señaló Mónica Luna.
En este sentido, la directora municipal advirtió que los reportes de Progreso de SEPA permiten “objetivar” los resultados y orientar el trabajo de las jefaturas de UTP y equipos directivos desde la evidencia, contribuyendo a las buenas prácticas al interior del aula.
“Cuando tienes un instrumento para mirar logro y progreso, este instrumento te está dando insumos para la preparación de la enseñanza, la acción docente en el aula y, finalmente, el trabajo docente en perspectiva. Cuando tienes un resultado de progreso puedes preguntarte: ¿qué pasó aquí que se estancó?, ¿por qué tuvimos resultados inferiores? o ¿qué fue lo que hicimos para ver este avance?”, agregó.
Dentro de este contexto, Mónica Luna destacó cómo el trabajo con los resultados ha permitido que los miembros de la comunidad educativa se pregunten sobre las acciones que podrían explicar dichos resultados y, en caso de que no sean buenos, se establezcan espacios para modificarlos, poniendo el foco en las habilidades más disminuidas por asignatura y nivel, y fijando metas que contribuyan no solo al mejoramiento de los resultados académicos, sino también sirvan a la construcción del Plan Anual de Desarrollo Educativo (PADEM 2020).
“Creo que uno de los grandes aportes de las pruebas SEPA es que abren conversaciones con evidencia (…) Es muy importante no perder de vista la lógica y el respeto a cada establecimiento, pero, evidentemente, esto abre una conversación desde un punto de vista de la responsabilidad de la gestión de estos colegios en acompañamiento y apoyo a nuestros profesores”, concluyó.
Finalmente, la directora se refirió al desafío de profundizar la toma de decisiones basadas en evidencia, mejorando la capacidad analítica de equipos pedagógicos en función de los resultados y ampliando los espacios de decisión conjunta dentro de los establecimientos para aprovechar la diversidad de resultados en lo que ella describe como “un proceso virtuoso entre pares”.