Desde 2015, la Escuela Particular San Ignacio de Calera de Tango aplica las pruebas SEPA a estudiantes de primero a octavo básico. Durante este periodo han medido cinco veces el Estado y Progreso del aprendizaje de sus alumnos, lo que ha servido para validar su proyecto educativo y tomar decisiones pedagógicas informadas, que vayan en beneficio de la comunidad.
Para el director del establecimiento, Miguel Almendras, los resultados identifican los aprendizajes más descendidos por nivel, dando la oportunidad de planificar los contenidos que deben reforzarse al inicio de cada periodo académico. Además, les han servido para medir la efectividad de su nueva metodología de trabajo: Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) e inteligencias múltiples, y derribar mitos sobre el rendimiento de los niños del Proyecto de Integración Educativa (PIE). Respecto a los niños en programa PIE, el director destacó que se tiende a exagerar la idea de que los niños PIE disminuyen el promedio de los cursos. Esto en varias ocasiones no ocurre y más bien genera un obstáculo para analizar los datos, este es, justificar los resultados a partir del diagnóstico de estos estudiantes en vez de centrar el análisis en variables internas que el profesor puede controlar.
“Hemos hecho cosas prácticas luego de recibir los resultados. Por ejemplo, pusimos los aprendizajes descendidos en la primera hoja del libro de clases para que los vean los profesores de todas las asignaturas. Es una información que se trabaja en conjunto, ya que los resultados retroalimentan a toda la escuela”, señaló Miguel Almendras.
De acuerdo a su experiencia, los resultados de las pruebas SEPA son una oportunidad para invertir en capacitación de los profesores, sobre todo a quienes imparten más de una asignatura. Igualmente, recomendó a los directores y sostenedores de otros establecimientos comentar con los profesores los alcances de esta evaluación y no ligarla a desvinculaciones, ya que el sentido de la prueba es el mejoramiento educativo.
“Tenemos los consejos técnicos-pedagógicos y, diariamente, contamos con 15 minutos para reflexionar sobre algún tema. Hemos abordado estrategias para ser rigurosos con las evaluaciones no calificadas y evitar que sean vistas como ‘meros trámites’ por los estudiantes. Ha sido un trabajo de años, donde hemos motivado a los alumnos y comprometido al cuerpo docente y los apoderados; buscamos que todos sean partícipes de los resultados”, concluyó el director.
Finalmente, Miguel Almendras valoró la calidad de las pruebas SEPA y cómo les ha dado una visión integral de cada alumno a través de los años al permitirles conocer, de forma específica, qué contenidos están aprendiendo los estudiantes, lo que representa un desafío, tanto para el equipo directivo como los profesores de aula.